Como cada año, nuestro país vuelve sus ojos a la pequeña ciudad de Titirilquén y su festival de la canción. El evento es famoso mundialmente por su exigente público, conocido por la prensa como la bestia.
Tulio y sus amigos querían participar con el grupo Los Ratoncitos pero no tenían la voz para cantar.
Para ello debían ubicar a la bruja para que los hechice nuevamente... En ese momento los artistas se presentaban uno por uno en la competencia.
De pronto apareció la bruja para devolverle la voz chillona a cada uno; lamentablemente, Guaripolo le lanzó agua y la Bruja se disolvió.
La solución encontrada por Guaripolo fue contratar a unos verdaderos ratoncitos quienes, escondidos tras bambailnas, cantaron. Tulio y sus amigos sólo debieron mover la boca.
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